Obtener reconocimiento legal no garantiza el respeto a la identidad de las personas en SLP
En San Luis Potosí, la comunidad LGBTQI+ se encuentra en pie de lucha. La reciente manifestación con motivo del tercer aniversario luctuoso de Fabiola Rivera, una mujer trans potosina brutalmente asesinada, es un grito desesperado por justicia y dignidad. Fabiola fue privada de su vida en su propia estética, y tres años después, la fiscalía aún no ha brindado respuestas claras ni soluciones concretas. Este trágico suceso, lejos de ser un caso aislado, representa la cruel realidad que enfrenta la comunidad trans en San Luis Potosí y en todo México.
Ana Zareth, maquillista profesional y activista de la comunidad trans**, expuso con dolor y frustración la cruda realidad que enfrenta diariamente. «Tengo amigas en toda la república mexicana y una de ellas está creando una red, en la cual sabemos quién padece estos problemas. Crear esa red para poder llevar los casos, porque muchas veces no salen a la luz todos los rostros que en verdad están sufriendo,» explicó. Ana Zareth también relató cómo la policía, a pesar de ver su identificación con su identidad de mujer, la sigue tratando con desprecio y desdén, acusándola de portar documentos falsos y sometiéndola a humillaciones injustificables “a mí en lo personal, la policía me ha detenido y cuando me presento me piden mi identificación, me da mucha tristeza que aunque yo les muestre mi INE con mi identidad de mujer, Sigan hablando en otro género que no es el que yo tengo actualmente, me dicen que mi identificación es inválida que a lo mejor yo la tuve en Tepito, que la saqué de Tepito y que es falsa entonces, me llevan al MP y me hacen sufrir y me tocan me hacen pasar situaciones que yo no debería de pasar y como esas muchas historias de amigas que hemos sufrido este tipo de violaciones por parte de la policía,”, añadió, resaltando la violencia y humillación a la que son sometidas muchas mujeres trans por parte de las autoridades.
La brutalidad y la falta de empatía de las autoridades no son hechos aislados.
Eros Herrera, presidente y fundador de Casa Orquídea SLP, resaltó que la situación de Fabiola no es un caso único. «Los crímenes de odio hacia la comunidad LGBTQ+ han aumentado. La fiscalía nos dice que hay un 80% de avance, pero ¿dónde está el otro 20%?», cuestionó. La indignación de Eros es compartida por muchos, quienes sienten que las autoridades no priorizan los crímenes contra la comunidad trans y LGBTQ+.
Adrián Barrios, activista de los derechos de la comunidad LGBTQ+ y personas no binarias, destacó la alarmante cifra de 32 transfeminicidios en lo que va del año, casos en los que la justicia avanza a paso de tortuga. «En la fiscalía, lo primero es que se haga justicia por todas las mujeres trans o personas LGBTQ+ que han sufrido violencia. Estamos buscando que se tipifique el transfeminicidio y que se garantice un adecuado acompañamiento a las familias,» afirmó.
La comunidad trans no pide más que lo mínimo que cualquier ser humano merece: respeto, justicia y dignidad. Las palabras de los activistas dejan claro que la falta de interés político y la ineficiencia de las instituciones son los mayores obstáculos en la lucha contra la discriminación y la violencia.
Es inaceptable que, en pleno 2024, las personas trans sigan siendo vistas como ciudadanos de segunda clase, sin acceso a una justicia real y sin el reconocimiento pleno de sus derechos. La lucha no se detendrá hasta que todas las personas trans puedan vivir sin miedo, con la certeza de que su identidad será respetada y que las autoridades actuarán con la diligencia y humanidad que merecen.
La comunidad trans y sus aliades seguirán alzando la voz, exigiendo justicia para Fabiola Rivera y para todas las víctimas de la transfobia. Es hora de que las autoridades y la sociedad en general escuchen y actúen. La indiferencia no puede seguir siendo la respuesta.